jueves, 16 de agosto de 2012

No nos intimidará el crimen organizado - El Occidental

José Mendoza Navarro

Guadalajara, Jalisco.- Jorge Aristóteles Sandoval Díaz -gobernador electo de Jalisco- reiteró a los presidentes municipales electos de su partido, que contarán con todo el apoyo del estado para que no los intimide en su municipio el crimen organizado: "Vamos a encarar el flagelo de la inseguridad con responsabilidad, con arrojo, con valentía y con compromiso".

Subrayó que en México como en Jalisco la sociedad demanda inteligencia y mayor firmeza, un gobierno que se sienta: "Ustedes, alcaldes, tendrán todo el apoyo de su Gobierno Estatal, de sus legisladores locales y federales, así como de su Presidente de la República y de su partido, para que no se sientan solos. No vamos a permitir que la delincuencia les intimide, menos aún que el crimen organizado penetre el ámbito de sus gobiernos".

Lo anterior, durante el inicio del "Seminario de Gobierno y Administración Pública Municipal" dirigido a los alcaldes electos, en donde Sandoval Díaz puntualizó que las administraciones estatal y municipales habrán de enfrentar tres desafíos: Certidumbre, confianza y transformación

Subrayó que es necesario darle certeza a los ciudadanos de que "nuestras administraciones propiciarán acuerdos con los distintos órdenes de gobierno, serán propositivas, buscarán atraer inversión, obra y beneficios sociales a nuestras localidades, pero sobre todo, al ciudadano debemos darle la certidumbre de que nuestros gobiernos serán austeros, honestos y transparentes. Que no habrá lujos ni derroche. Que el dinero público será bien administrado, que no será dilapidado y que ellos mismos podrán constatarlo".

De la Confianza, dijo que será necesario ganársela día a día con el actuar de las administraciones porque los ciudadanos esperan gobernantes cercanos a sus necesidades: "gobernantes que estén en las calles y en las comunidades palpando la problemática del lugar y que no se limiten a la contemplación desde la comodidad de sus oficinas. Esperan gobernantes de tiempo completo, entregados a su labor de servidores públicos conscientes de que el gobierno es para servir y no para servirse. El gobernante que no entienda este precepto, perderá no sólo el apoyo de su gente, sino el respaldo de sus compañeros, de su gobernador y de su partido".

Por lo que ve a la Transformación hizo hincapié en la necesidad de evolucionar y aprender a transformarse: "Preservar lo bueno y sobreponernos a aquello en lo que nos hemos equivocado. No podemos dar lugar a la confusión ni a la autocomplacencia. Los ciudadanos nos dieron un triunfo condicionado, nos dieron una oportunidad claramente delimitada en la que no cabe el abuso, el autoritarismo, la intolerancia, la corrupción, el nepotismo, el compadrazgo, la indolencia ni la simulación".

Indicó que la meta de los gobiernos priístas, que en breve iniciarán funciones, es convencer y para ello es necesario asumir un cambio de actitud: "Es preciso una evolución en nuestros métodos y formas. Para convencer es necesario que alineemos nuestro decir con nuestro actuar, nuestra forma de gobernar tiene que ser eficiente Y distinta; honesta y distinta; firme y distinta. Esto es: hacer bien lo que mejor sabemos hacer y hacer distinto aquello que la ciudadanía nos demandó alguna vez cuando nos retiró su voto y su confianza".

Convocó a los presidentes electos a cuidar el proceso de transición "pero cuidemos aún más nuestro ejercicio en el gobierno. Seamos escrupulosos en la revisión de lo que nos entregan, minuciosos con las cuentas y bienes públicos que recibimos, señalemos las irregularidades; y cuando ya seamos gobierno, clarifiquémosle a nuestros equipos de trabajo que no vamos a pasar por alto la corrupción y el abuso del poder; subrayémosles hasta el cansancio, que no habrá concesiones y que seremos implacables con aquel que busque sacar beneficio ilícito de lo público".

LOS ELECTORES NO LE DIERON UN CHEQUE EN BLANCO AL PRI

El primer conferencista de este seminario, que concluye el viernes, fue el analista político Jesús Silva Herzog Márquez, quien dejó en claro que el pasado 1 de julio los electores no le entregaron un cheque en blanco al PRI, sino que votaron a favor de este partido con reserva y desconfianza por rechazo a los gobiernos de Acción Nacional: "Lo que dieron los mexicanos, los jaliscienses, al PRI, es un voto de respaldo, pero con una reserva de prudente desconfianza".

Recalcó que los priístas fueron beneficiarios de un ánimo de alternancia: "los priístas pudieron beneficiarse de un voto que fue esencialmente un voto de castigo", como le sucedió al priísmo hace 12 años.

Advirtió que el PRI estará "siendo vigilado muy de cerca por el ciudadano que entregó un voto con reserva". El reto, dijo, es hacer un gobierno eficaz pero con un partido nuevo, con un nuevo PRI.

Aseguró que el triunfo pone al PRI frente a tres crisis, tres peligros que pueden transformarse en oportunidades, según se desempeñe en el gobierno: Crisis de unidad, porque en su seno están las más duras resistencias a los cambios; crisis porque requiere definirse ideológicamente y resolver sus conflictos internos y la tercera es relativa a la confianza. En resumen, el PRI demanda una refundación, a juicio del ponente.

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