MÉXICO.- En los seis años del Gobierno de Felipe Calderón murieron en México más de 60 mil personas por temas relacionados con el crimen organizado. En ese mismo periodo más de 140 mil dejaron la vida en las carreteras del País, según el Conapra (Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes), que calcula unas 24 mil muertes al año.
No obstante, si según el INEGI, por esas 60 mil muertes la inseguridad es la principal preocupación de los mexicanos, aunque los accidentes de tráfico hayan dejado más del doble de defunciones, no aparecen en la lista de preocupaciones de la población.
Las cifras oficiales registraron 14 mil 16 muertes en las carreteras en el año 2011, pero el Conapra estima que en realidad son unas 24 mil, ya que no todos los siniestros se incorporan al conteo.
Casi una de cada tres víctimas son peatones atropellados. Los accidentes de tráfico son ya la primera causa de muerte de los jóvenes mexicanos de entre 5 y 35 años, que suponen un 28 por ciento del total. El Consejo sostiene que entre el 40 y 60 por ciento de estas muertes están relacionadas con la ingesta de alcohol.
Al número de muertos hay que sumar el millón de heridos y las 40 mil personas con discapacidad permanente que la carretera deja cada año, según datos de la Secretaría de Salud publicados en 2012.
En términos económicos, la asistencia médica por accidentes supone un costo anual de 120 mil millones de pesos (casi 10 mil millones de dólares). Por comparar, son 2 mil millones de pesos más del presupuesto que el presidente Enrique Peña Nieto ha destinado para el Programa de Prevención Social de la Violencia.
La semana pasada la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer su segundo informe de la Seguridad Vial en el Mundo, que analiza las leyes y las cifras de 182 países.
México es de los pocos países de toda América en los que la ley no obliga a llevar cinturón de seguridad en los asientos traseros (junto con Bolivia, Nicaragua y la República Dominicana).
En algunos aspectos sí existe regulación, pero no hay supervisión que exija su cumplimiento. Hay normas estatales que limitan la velocidad (50 km/h en vía urbana) o la tasa de alcohol permitida (0.08 g/dl en sangre), pero la obtención de la licencia de conducir es tan solo un trámite económico. Cualquier mayor de edad puede conseguir una licencia de manejo, sin hacer examen.
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