En una rápida y sorpresiva operación, un comando de hombres armados y con rostros ocultos por pasamontañas asesinó a balazos y calcinó a una fiscal del Ministerio Público, a una representante de la Presidencia de Guatemala, a un empresario y a cuatro personas más, en un ataque cerca de la frontera con México que fue atribuido por el presidente Otto Pérez al crimen organizado.
"La muerte de un miembro del equipo del Ministerio Público es un serio atentado contra la institucionalidad y contra el trabajo realizado desde cada fiscalía para combatir la impunidad en este país", advirtió la fiscal general de Guatemala, Claudia Paz y Paz, en un comunicado. Pérez declaró a la prensa guatemalteca que "esto es claramente una acción de pleitos entre narcotraficantes" y dejó entrever que participaron extranjeros.
Tras afirmar que "estoy muy triste por lo ocurrido, es lamentable", el presidente explicó que "estamos haciendo nuestra mejor investigación para determinar quienes participaron, parece que hay personas de otra nacionalidad".
Los hechos, que fueron divulgados el lunes pero habrían sucedido en la noche del domingo en el noroccidente de Guatemala, en la localidad de San Pedro Necta, un punto entre las ciudades de La Mesilla, limítrofe con México y a unos 300 kilómetros al noroeste de la capital, y Huehuetenango, en ese sector y ciudad cabecera del departamento del mismo nombre.
Entre las víctimas están Irma Olivares, fiscal en el departamento de Chiquimula; Carolina Hernández, funcionaria de la Secretaría de Obras Sociales de la esposa del presidente en el departamento de El Progreso, y su hermana Carla Fabiola, según el ministro guatemalteco de Gobernación, Mauricio López.
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