En menos de 20 días México ha sufrido diversos golpes, principalmente en el plano de la procuración de justicia y en el rubro de seguridad o, mejor dicho, inseguridad. La guerra que tienen en este momento grupos criminales en el Estado de México está llenando de terror a los mexiquenses.
A pesar de que el Ejército mexicano patrulla algunos municipios, principalmente del oriente mexiquense, las células del crimen organizado siguen cometiendo delitos y ejecuciones, esto es un claro reto a las autoridades estatales y federales.
La ola de violencia en municipios mexiquenses comenzó el 10 de enero, 15 días han transcurrido y ya se han sumado alrededor de 40 ejecuciones que se traducen en dos muertos por día, una cifra por demás escalofriante.
Municipios como el Valle de Chalco, Nezahualcóyotl, Ixtapaluca, Zinacantepec, Tejupilco y la propia capital mexiquense Toluca- han sido presa de la guerra intracárteles que sostiene La Familia Michoacana, los Zetas y los Guerreros Unidos. Tan sólo en dos días los sicarios de la "La Familia Michoacana" ejecutaron a 12 personas en Toluca y Zinacantepec.
A pesar de que el gobernador Eruviel Ávila siga en la postura de "vamos por ellos", los delincuentes siguen haciendo de las suyas, esto debido a que el enemigo está en casa. Mandos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, sobre todo del oriente del Estado de México, están involucrados con elementos de las corporaciones municipales en las bandas locales al servicio de las organizaciones del crimen organizado.
Tal vez para los "jefes" de los sectores no es nada desconocido que sus muchachos los sábados y domingos se postren en las laterales de la autopista México-Puebla, Chalco-Cuautla y en las principales vialidades de Ecatepec, Nezahualcóyotl, Valle de Chalco, Chalco, Ixtapaluca, San Vicente Chicoloapan y Los Reyes la Paz para extorsionar a los conductores de autos de modelos viejos o de carga.
Esto sólo es una parte, también sus llamados "retenes de seguridad" son para mantener informados a sus "patrones" de quienes entran o salen de la entidad. No es un secreto que varios elementos de estas corporaciones estén involucrados con la Familia Michoacana y con organizaciones locales, como "Los Pumas" que tienen su centro de operaciones en Chalco, Ixtapaluca.
Tal parece que al gobernador y a los altos mandos de la Procuraduría y Seguridad Ciudadana no les han dicho que para terminar con el crimen organizado deben empezar por limpiar sus casas, el enemigo está en casa, dentro de las instituciones de Procuración de Justicia y Seguridad.
Acaso son tan inocentes que no se han percatado de que las investigaciones sobre delincuentes, detenciones y denuncias contra elementos o sicarios son filtradas y entregadas por los Ministerios Públicos que imparten su justicia al mejor postor.
El crimen organizado está infiltrado en las corporaciones policíacas y de procuración de justicia del Estado de México, no por ello, tienen el sobrenombre de los estados más corruptos del país y del mundo. Las ejecuciones y la disputa intracárteles que se viven en los últimos años en municipios mexiquenses son prueba viva del grado corruptor de los criminales en las instituciones, es la prueba palpable que se realiza un trabajo con los ojos cerrados y pensando que los mexiquenses siguen siendo tontos y ciegos.
Para frenar un poco el embate de la criminalidad en el Estado de México no se debe hacer con golpes de suerte; sino en primer lugar con una verdadera depuración en sus corporaciones y no con cambiarles el nombre.
¿Acaso el titular de la SSC, Salvador Neme Sastré y el procurador Miguel Ángel Contreras Nieto conocerán las entrañas de las instituciones que encabezan? Señores para limpiar la delincuencia que se vive en el Estado de México deben comenzar en casa, porque aún no saben que el enemigo está dentro de las propias instituciones, sino creen vayan sin escolta los días mencionados a los puntos antes referidos y lo comprobarán con sus propios ojos.
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