El boom de las llamadas comunidades de autodefensa en distintos estados del país son un riesgo latente en todas sus expresiones, grupos subversivos, paramilitares y brazos armados para las organizaciones criminales.
En días anteriores por más de cuatro ocasiones con distintos argumento escribimos sobre los riesgos latentes de estos movimientos que podían ser cooptados en algún momento. Hace un par de días la Procuraduría General de la República dio a conocer la detención de 34 personas del poblado Felipe Carrillo Puerto, también conocido como La Ruana, y ubicado en el municipio de Buenavista, en el estado de Michoacán, que formaban parte de las llamadas comunidades de autodefensa.
La sorpresa de estas detenciones por elementos del Ejército mexicano, es que estos presuntos integrantes de la autodefensa michoacana, eran miembros del "Cártel Nueva General de Jalisco" a pesar de que vestían playeras con la leyenda "Policía Comunitaria", tenían tapados sus rostros, portaban un total de 33 escopetas y rifles de asalto AK-47 y AR-15, además de 12 pistolas de diversos calibres, cien cargadores para rifles y armas cortas, así como tres mil balas.
Esto es sólo un ejemplo de lo que puede generares en otros estados como el de Guerrero, el cual es disputado por 20 organizaciones del crimen organizado que ha encontrado en la entidad un paraíso para cometer sus distintos ilícitos a costa del dolor humano.
Si a esto le agregamos algunas declaraciones incendiarias de miembros de la Iglesia Católica que respaldan los movimientos de autodefensa e incluso que tomen las armas, se genera un problema mayor.
Este pie de nota lo tomé del periódico Excélsior, donde el Arzobispo de Acapulco, Carlos Garfias Merlo, respalda que las comunidades se unan con armas en caso de una emergencia y al final pasada la emergencia las depongan.
Esta es la declaración del Arzobispo: "Es válido armarse en defensa propia y en circunstancias de emergencia ante la amenaza, pero una vez pasado el momento de la emergencia, pasada la circunstancia de sentirse amenazado hay que deponer las armas".
"Que hay riesgo de que se conviertan en grupos paramilitares o guerrillas, todo ese riesgo yo considero que se puede evitar si la autoridad legítimamente constituida asume la coordinación y les da preparación y los organiza y hace que los policías los tenga como colaboración y participación ciudadana".
He tratado de entender las declaraciones de uno de los jerarcas de la Iglesia Católica de mucho peso en el estado. Las declaraciones si las analizamos con detalle están basadas en la "Teología de la liberación" que tiene seis puntos importantes.
-Opción preferencial por los pobres.
-La salvación cristiana no puede darse sin la liberación económica, política, social e ideológica, como signos visibles de la dignidad del hombre.
-Eliminar la explotación, la falta de oportunidades e injusticias de este mundo.
-La liberación como toma de conciencia ante la realidad socioeconómica latinoamericana.
-La situación actual de la mayoría de los latinoamericanos contradice el designio histórico de Dios de que la pobreza es un pecado social.
-No solamente hay pecadores, sino que hay víctimas del pecado que necesitan justicia y restauración.
De acuerdo con Wikipedia los antecedentes más importantes de esta teología se encuentran en Brasil, donde a partir de 1957 comenzó en la Iglesia Católica un movimiento de Comunidades de Base que para 1964 ya era digno de ser considerado en el "Primer Plan Pastoral Nacional 1965-1970?. También en Brasil Paulo Freire, un maestro del nordeste, desarrolló un nuevo método para alfabetizar mediante un proceso de concienciación.
Los movimientos de estudiantes y de trabajadores de Acción Católica se fueron comprometiendo, así como importantes intelectuales católicos. Algunos cristianos empezaron a utilizar conceptos marxistas para analizar la sociedad. Richard Shaull, un misionero presbiteriano, planteó la cuestión de si la revolución tendría un significado teológico.
Si vemos los conceptos de la "Teología de la liberación", la cual se aplica en Guerrero, desde hace décadas por los sacerdotes de algunas comunidades de La Montaña, podemos darnos cuenta que estamos a un paso de la subversión o en su defecto del crimen organizado.
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