lunes, 23 de septiembre de 2013

Ejecutan a diez - El Sol de Cuautla

Redacción / El Mexicano

Ciudad Juárez,Chihuahua.-Diez personas fueron masacradas en el poblado de Loma Blanca cuando se encontraban festejando el triunfo de un partido de beisbol, entre los muertos están dos mujeres y una niña de seis años, el resto son hombres, aparentemente objetivo del ataque.

Las escenas posteriores a la agresión, fueron desgarradoras: La esposa de una de las víctimas entró en shock y sólo se limitaba a decir: "Ahí vienen, ahí vienen, ahí vienen, ahí vienen..."

Mientras tanto, una señora le echaba aire con un periódico porque la estaban picoteando los moscos.

Los vecinos dijeron que hombres fuertemente armados llegaron a ese poblado e ingresaron hasta la casa que se encuentra en el cruce de las calles Manuel Belmont y Gómez Morín y ultimaron a siete hombres, dos mujeres y la menor de edad que se encontraba acompañando a su progenitor.

Entre las víctimas se encuentran Martín Mancha y su hija de 6 años de nombre Perla, además había un mecánico junto a su hijo joven, además se dijo en el lugar que otro de los occisos se llamaba José Ortega.

Los elementos de la Policía Municipal, de la Estatal Única, militares y de la Ministerial acordonaron cuatro calles antes de llegar al lugar del crimen, por lo que el tráfico se interrumpió; los hechos se registraron a las 20:30 horas de ayer.

Todos los cuerpos de las víctimas quedaron regados en un radio de unos 12 metros, ya que algunos trataron de huir del lugar. En la zona del crimen se encontraba el trofeo que acababan de ganar en un juego amistoso de beisbol.

Además de los elementos de la policía municipal, hasta el lugar llegaron los peritos de la Fiscalía General del Estado zona norte, así como elementos del Ejército Mexicano.

En el mismo lugar donde se encontraba el listón que impedía el tráfico vehicular, se ubicaba un camión cuyo destino era el Valle de Juárez.

Algunos de los vecinos que no quisieron proporcionar sus nombres por el temor a sufrir una represalia, dijeron que los criminales se habían equivocado porque entre las víctimas no había malandros.

"¿Qué corazón de esta gente oiga, qué corazón...?"

Decían otras personas y movían la cabeza y se metieron a sus hogares, para evitar a los reporteros.

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