miércoles, 19 de diciembre de 2018

“Perdóname hija porque no trabajé lo suficiente para pagar tu rescate y te dieron muerte”

Tancoco, Veracruz.- Gabriela Mar Betancourt pasó un mes y siete días tratando de persuadir a los secuestradores de su hija de que aceptaran el poco dinero con el que contaba para pagar por su libertad, era mucho menos a la cifra millonaria que los plagiarios le exigían.

Por medio de redes sociales, desde las primeras horas, la mujer pidió ayuda a las autoridades locales pues el dinero solicitado por los delincuentes era mucho mayor a su patrimonio, pese a ser una mujer empresaria del norte de Veracruz.

En su cuenta de Facebook, Gabriela suplicó reiteradamente por la vida de su única hija a la banda de criminales que se la llevaron el pasado nueve de noviembre.

Itzel Mar Betancourt, de 24 años, estudiante y madre, resultó privada de su libertad por cuatro sujetos armados cuando se encontraba realizando actividades cotidianas en la colonia Las Delicias de Naranjos, municipio ubicado a 80 kilómetros del puerto de Tuxpan.

Los delincuentes contactaron a la familia para pedir dinero a cambio de su libertad. Se trataba de una cifra millonaria y que la familia no podía cubrir.

La mañana del sábado, un mes y siete días después, en cadáver de la joven apareció en la localidad de El Bajío, en el vecino municipio de Tancoco.

"Perdóname hija porque no trabajé lo suficiente para poder pagar tu rescate y te dieron muerte", posteó Gabriela Mar Betancur al confirmarse la muerte de su única hija. "Descansa en paz. Perdóname por no haber tenido suficiente dinero para pagar. Un beso mi amor, Dios te reciba en su gloria", remachó en el mensaje en donde además agradecía a todos quienes siguieron su caso dando apoyo moral, asistiendo a las cadenas de oración para pedir a Dios y a la Virgen por su bienestar y mostrando interés en Itzel Mar.

En el informe elaborado por la policía se asienta que la joven presentaba un disparo en el rostro y golpes. Sus manos estaban amarradas fuertemente al igual que sus pies con cinta canela. Su cara fue cubierta con una venda. El lugar donde apareció había un charco de su sangre, indicio de que ahí mismo fue asesinada.

En cada una de sus publicaciones, a lo largo de ese tiempo, la madre dejó ver la esperanza en verla de nuevo con vida. Esperanza apoyada en la fe en la Virgen de Guadalupe y en Cristo, a quienes pedía por el alma de los secuestradores para que iluminaran sus corazones y no matarán a su hija.

El 7 de diciembre pidió oraciones para que "ellos sean liberados de sus malos pensamientos y dejen en libertad a mi hija".

"Que liberen a Mar, que se apiaden de ella, no es justo. Apenas inicia una vida como madre de su niño que le llora todos los días.

En su muro de Facebook constantemente invocaba a las fuerzas celestiales a cuidar a Itzel, a ésta le pedía ser fuerte y aguantar para que pronto regresara con su hijo, de apenas tres años.

"Pasa un carro… Sale gritando ¡mi mamá Itzel, mi mamá Itzel, ya llegó abuelita Gaby, ven!…Se asoma por la ventana y regresa con su carita triste y me dice no es mi mami, abuelita.

Era constante que Gabriela Mar Betancourt les dejara mensajes en público en su red social Facebook para hacerlos entrar en razón sobre la cantidad solicitada y conseguir un acuerdo para que aceptaran lo que ella tenía.

La madre es dueña de una modesta casa de materiales para la construcción, producto de su trabajo de años.

"Deben comprender que lo que solicitan no es lo que tengo, sino desde el primer día lo hubiera dado. Es mi única hija ¡cómo la voy a poner en peligro!

"Desafortunadamente no tengo y me duele mucho no poderla rescatarla".

"Me siento impotente de que todo lo que hemos trabajado en años no me alcanza, perdón por no tener", clamaba la comerciante dueña de Materiales Chinampa.

Hasta el último momento la madre buscó mover las fibras sensibles a los captores, incluso ofreciéndoles perdón y bendiciones:

"Libérenla, Dios les va perdonar, si hacen oración Dios proveerá y jamás faltará en sus mesas alimento y trabajo que no dañe a las familias", escribió en su Facebook.

"Ruego vean este mensaje para que ya no hagan más secuestros y tengan trabajo para que les dé para vivir en familia y con amor".

Pero los victimarios no tomaron en cuenta y mataron a la joven estudiante de Nutrición, deportista y madre de un pequeño que ahora es huérfano.

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