sábado, 8 de diciembre de 2018

“Por órdenes de Satanás” mató y calcinó a su hijo de 3 años

Monterrey, Nuevo León.- La mujer que el año pasado mató de un golpe en la cabeza a su hijo, y luego le prendió fuego en su casa fue condenada a 16 años y 6 meses de prisión.

María del Carmen Hernández Hernández, de 42 años, fue encontrada culpable del delito de homicidio calificado, el cual se sanciona con una pena mínima de 25 años de prisión y una máxima de 50. Sin embargo, la mujer optó por someterse a un procedimiento abreviado y obtuvo una reducción de condena de 8 años y medio.

Para obtener este beneficio, Hernández Hernández renunció a defenderse en un juicio final, reconoció su responsabilidad en la muerte de su hijo, José Alejandro Iracheta Hernández, de 3 años de edad, además de que no tenía antecedentes penales.

La mujer, quien está internada en el Penal del Topo Chico, fue sentenciada por un Juez de Juicio Oral Penal del Estado en una sala de audiencias del Palacio de Justicia de Monterrey.

En el fallo se estableció que la muerte del niño fue reportada alrededor de las 21:50 horas del 3 de mayo de 2017, en la casa de la familia, ubicada en la calle Reporteros, entre Psicologistas y Editores, en la Colonia Periodistas de México, en Monterrey.

La sentencia precisa que la mujer golpeó al pequeño en la cabeza y le causó la muerte, según la necropsia, luego colocó su cuerpo en una tina de baño fabricada con lámina de latón de más de un metro de diámetro y unos 50 centímetros de alto, colocó trozos de madera y con un encendedor le prendió fuego.

Minutos después llegaron los dos hijos mayores de la mujer, los cuales, como si se tratara de una película de terror observaron a su madre sentada en una mecedora y con su hijo de tres años calcinado en brazos y envuelto en una sábana.

Por varios minutos le hablaron a la mujer, pero ésta no reaccionaba, hasta que finalmente lograron dialogar con ella y les entregó el cuerpo.

Al cuestionarla sobre el motivo, la mujer aseguró que fue el mismísimo Satanás, quien le ordenó matar al pequeño.

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