El ombudsman de México, Raúl Plascencia, señaló durante la presentación que, tras la visita a las cárceles, "en 60% de ellas se constató la existencia de autogobierno", ya que los presos tienen llaves de las celdas, imponen castigos, cobran protección y venden productos, como celulares y comida.
Plascencia afirmó que el sistema carcelario mexicano atraviesa una crisis delicada: "El deterioro en los últimos años es innegable, como lo demuestran las fugas, las riñas, los autogobiernos, así como las agresiones contra el personal de los centros penitenciarios".
Durante la elaboración del informe también se constató la carencia de condiciones de seguridad y en algunos casos los representantes de la CNDH no pudieron entrar en los penales, destacó Plascencia.
Así ocurrió en Piedras Negras, ciudad fronteriza con Estados Unidos, de cuya cárcel se fugaron unos 130 reos la semana pasada.
Durante los últimos dos años, 521 presos huyeron en 14 fugas y se registraron cientos de homicidios dentro de las cárceles, según el reporte, que señaló que los penales carecen de procedimientos para la atención de incidentes violentos, tales como riñas, lesiones, suicidios y motines.
En los centros penitenciarios se detectó la presencia de armas, drogas, prostitución, y grupos y personas que ejercen violencia o control sobre el resto de la población, añadió Plascencia.
En México, según la Secretaría de Seguridad Pública, hay un total de 419 cárceles, 13 son federales y el resto son manejadas por los gobiernos estatales, municipales y del distrito capitalino.
La sobrepoblación de las cárceles alcanza en promedio 26%, con una población real de 237.580 reos frente a 188.147 cupos.
En febrero, tras el asesinato de 44 presos en Apodaca, cerca a Monterrey -tercera ciudad mexicana y capital de Nuevo León, en el norte del país- para encubrir la fuga de otros 30 detenidos miembros del cártel Los Zetas, el gobierno anunció que este año entregaría ocho cárceles federales.
Listindiario.
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