MORELIA, MICHOACÁN (29/OCT/2013).- Los inusuales ataques contra estratégicas instalaciones eléctricas en el convulso estado mexicano de
Michoacán (oeste), que dejaron sin luz a 420.000 personas el fin de semana, fue una demostración de fuerza del crimen organizado y un desafío al Estado, consideraron este lunes especialistas y líderes locales.
La madrugada del domingo, integrantes de un grupo criminal aún no identificado oficialmente atacaron con armas de alto calibre y bombas "molotov" varias estaciones eléctricas en la subregión michoacana de Tierra Caliente, afectando por horas el suministro energético de 14 localidades, e incendiaron seis gasolineras, cuatro de ellas en Morelia, capital estatal.
Hasta el momento hay tres detenidos por los ataques, informó el vocero de seguridad del gobierno federal, Eduardo Sánchez, quien añadió que ya "se restableció en un 100% el servicio eléctrico en la zona afectada" gracias a subestaciones móviles que fueron trasladadas hasta Michoacán.
En esta región, codiciada por el cártel narcotraficante Los Caballeros Templarios y su antagónico Jalisco Nueva Generación, fue lanzado en mayo un despliegue militar y policial para contener la violencia entre esas organizaciones y grupos de autodefensa, compuestos por pobladores que se alzaron en armas desde inicios de año ante el acoso de los criminales.
Los ataques fueron una "exhibición de fuerza de Los Templarios para demostrar que están en todos lados", dijo a la AFP Jorge Vázquez, líder del grupo de autodefensa de Aguililla, localidad de unos 17.000 habitantes que por décadas fue corazón del narcotráfico en Michoacán y que este fin de semana se quedó 14 horas a oscuras.
En los ataques contra la infraestructura eléctrica Los Templarios emplearon "tácticas terroristas" porque se trata de una estrategia dirigida contra el Estado, consideró de su lado Raúl Benítez Manaut, experto en seguridad nacional de la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
"Se hizo de manera coordinada en muchos puntos del estado. Tienen un control muy grande de células criminales, bien entrenadas por todo el estado, desde la costa hasta la zona más occidental", limítrofe con el vecino estado de Jalisco (oeste), describió.
Autoridades no concuerdan en los términos
El gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, está de acuerdo en que se trata de "actos de terrorismo" puesto que tienen como blanco "servicios estratégicos de la federación".
Vallejo (del oficialista Partido Revolucionario Institucional, PRI), quien regresó recientemente al cargo después de meses de baja por una misteriosa enfermedad, atribuyó los ataques a disputas entre los cárteles de la región e incluso aseguró que desde la semana pasada "se hablaba (entre las autoridades) de este posible escenario" de ataques.
En contraste, el vocero de seguridad del gobierno federal, Eduardo Sánchez, calificó los atentados de "hechos vandálicos", mientras que el secretario de Gobernación de Michoacán, Jaime Mares, aseguró a la AFP que se trató de eventos "furtivos".
Por su parte, el dirigente en Michoacán del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD), Víctor Báez, dijo a la AFP que su estado "enfrenta la peor de las crisis en materia de inseguridad (...) que se ha transformado ya en un asunto de seguridad nacional".
En tanto, el dirigente del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Miguel Ángel Chávez, calificó de "inaceptable" que se quiera hacer creer que "en Michoacán no pasa nada".
Un nuevo fin de semana violento en Michoacán
El sabotaje masivo contra fuentes de energía ocurrió pocas horas después de que unos 300 integrantes de las autodefensas irrumpieran en el municipio de Apatzingán (120.00 habitantes), bastión de Los Templarios.
El objetivo era "liberar" Apatzingan del control del cártel por ser una ciudad estratégica de abastecimiento de insumos y comercialización de sus productos agrícolas, explicó a la AFP Hipólito Mora, líder de la autodefensa de La Ruana, primera comunidad que se levantó contra este grupo narcotraficante.
Sin embargo, la toma de esta ciudad se frustró cuando el ejército impidió que los hombres avanzaran armados.
Los cerca de 300 hombres que decidieron entrar desarmados a la ciudad fueron recibidos a balazos desde la parte alta de la plaza central. En el tiroteo hubo un herido leve y ningún detenido.
Este lunes, Mares aseguró a la AFP que Apatzingán se encuentra bajo control del ejército y de la policía federal, mientras los elementos de la policía municipal son "sometidos a un examen de control y confianza, y en caso de que lo acrediten, podrán volver a desempeñar su labor policial".
En este violento fin de semana hubo otros enfrentamientos armados en diversos puntos de la región que dejaron un saldo de siete muertos, según reportó la fiscalía estatal.