Los soldados, muchos de ellos reclutas, murieron ayer cerca de la ciudad fronteriza de Saravan después de que un grupo de hombres que querían cruzar les dispararon, de acuerdo a la agencia de noticias estatal.
Otros siete soldados resultaron heridos, y algunos residentes de Saravan reportaron que tres militares fueron secuestrados.
Como represalia, 16 hombres definidos por el Gobierno local como "bandidos relacionados a grupos anti sistema" fueron colgados en Zahedan, la capital de la provincia de Baluchistán.
El fiscal de Zahedan, Mohammed Marzieh, no aclaró si los ejecutados ya estaban bajo arresto o si fueron recogidos de la calle, pero es probable que no hayan estado relacionados con el ataque.
"Habíamos avisado que bandidos y miembros de grupos anti Irán que cometieran actos que afectaran a gente inocente o a personal militar y de seguridad enfrentarían acciones recíprocas de nuestra parte", dijo Marzieh.
"De ninguna manera se tolerarán estas acciones por parte de los grupos".
La respuesta evidenció las tensiones en la provincia de Baluchistán, zona en la que se concentra la resistencia suní en contra de la República Islámica de Irán, que es principalmente chiita.
Más de 3 mil 500 miembros de las Fuerzas Armadas iraníes han muerto en la zona, que colinda con las fronteras de Pakistán y Afganistán, muchos de ellos por enfrentamientos con traficantes de heroína y opio en camino a Turquía y Europa.
El Presidente iraní Hassan Rouhani, quien promovió los derechos de las minorías durante su campaña presidencial, condenó la muerte de los 14 soldados.
No obstante, también hizo un llamado a las autoridades a refrenar las acciones de represalia para no aumentar el descontento y enojo de aquellos que buscan más derechos para las minorías étnicas y religiosas en el país.
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