Tres responsables reciben penas de 520 años por el secuestro y asesinato de 13 jóvenes
Los hechos ocurrieron en 2013 en un 'afterhours' del centro de la capital
Familiares de las víctimas en una rueda de prensa sobre el 'caso Heavens'. / S. G. (EFE)
Ciudad de México.-NARCOVIOLENCIA.-El caso Heavens, la mayor matanza del narco en México DF con 13 jóvenes asesinados, ya tiene sentencia penal: 1.560 años de cárcel para tres responsables, si bien la causa de la matanza, su explicación objetiva, sigue siendo un misterio: una ecuación recurrente en el sistema de procuración e impartición de justicia en México.
El mismo fin de semana en el que se cumple el aniversario del caso Ayotzinapa, caracterizado por sus agujeros negros, un tribunal ha publicado la condena a un trío de involucrados en el caso Heavens, un crimen brutal aunque no al nivel del primero, pero muy similar en cuanto a errores de instrucción, participación de policías y a la ausencia de una explicación oficial sólida de los hechos.
"No aporta nada. No se les hace responsables de delincuencia organizada ni de desaparición forzada. Seguimos sin saber lo que pasó. Reclamamos a las autoridades nuestro derecho a saber la verdad. Por qué lo hicieron, cómo lo hicieron, qué pasó ahí. Seguimos con las mismas incógnitas que teníamos al principio", dijo a este diario Eugenia Ponce, tía de una de las víctimas.
Este suceso ocurrió el 26 de mayo de 2013. Un domingo por la mañana 13 jóvenes de un barrio conflictivo de la capital, Tepito, fueron secuestrados en un afterhours del centro, a 50 metros del Paseo de la Reforma, eje financiero y urbano de México DF. El asunto trascendió cuatro días después en los medios y durante semanas fue una patata caliente para la Fiscalía local y el alcalde Miguel Ángel Mancera. La opinión pública exigía saber si los métodos más brutales del crimen organizado, si la impunidad bárbara de otras zonas del país habían alcanzado el meollo de la capital, que se suponía libre de los desvaríos de la narcoviolencia.
La instrucción y la política de comunicación fueron erráticas y fuente de continuas controversias alimentadas, igual que en el reciente caso Espinosa, por filtraciones sistemáticas. Hasta agosto, tres meses después del secuestro, no se encontró a las víctimas: habían sido mutiladas y enterradas en un rancho a las afueras de México DF. Antes y después hubo una catarata de detenciones que no iban acompañadas de novedades que explicasen el calibre de la masacre.
La Fiscalía y el alcalde sostuvieron que no había sido un asunto de crimen organizado (como en las peores zonas de México) sino un conflicto entre "narcomenudistas", tesis que chocaba con la capacidad operativa requerida para llevarse en vehículos a 13 personas de un área de la ciudad plagada de cámaras y de policías ni tampoco con la manera de matarlos: tortura, desmembramiento, entierro en fosa común. El sello del narco.
La sentencia de este domingo condena a tres involucrados: Ernesto Espinosa Lobo, uno de los dueños de la discoteca, y otros dos implicados, José de Jesús Carmona y Víctor Manuel Torres. Pero no se han conocido más detalles de lo sucedido. El caso Heavens desapareció del foco de interés público hace dos años y entró en un silencioso túnel judicial. Los 1.560 años de cárcel a estos tres responsables, que por la ley podrán cumplir un máximo de 50, son un eco novedoso del caso. La raíz de la matanza sigue en el limbo.
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