El dirigente subrayó que sólo así se puede explicar, por un lado, el retraso que tiene el puente de la 11 Norte y la Vía Corta a Santa Ana Chiautempan; pero por otro, las fallas del Viaducto Zaragoza, pues el puente que cruza la Diagonal Defensores de la República está "chueco" y tiene baches, mientras que el paso a desnivel sobre el bulevar 5 de Mayo con la 2 Norte se inunda cada vez que llueve.
Lamentablemente, afirmó el líder de esta agrupación, las cámaras de la construcción en Puebla como la CMIC no están cumpliendo con su responsabilidad de supervisar estos trabajos, pues prefieren "conservar su buena relación con el gobierno" para obtener algún contrato que señalar este tipo de errores, que son un daño para todos los ciudadanos.
En entrevista con La Jornada de Oriente, Vega Herrera señaló que si bien las empresas como Acciona, ICA, Codesa y otras que edificaron los puentes y el Viaducto Zaragoza, además del puente de la 11 Norte, son poderosas dentro del sector de la construcción, la premura por terminar los trabajos antes del 5 de mayo pasado derivó en defectos que ahora son visibles, como en el caso del viaducto, mientras que el puente que conectará a la Vía Corta con Santa Ana Chiautempan sea una obra "interminable".
"Las empresas foráneas vienen a Puebla a ejecutar proyectos políticos y de imagen, hechos a capricho y no proyectos técnicos ni obra de beneficio social", expuso el dirigente camaral, quien comentó que los defectos señalados refieren que se habrían pasado por alto dos principios básicos de la construcción: el tiempo y el espacio geográfico.
Es decir, parece que en esos trabajos no hubo una calendarización del avance de obras como tampoco se midieron los riesgos de levantar estructuras de esa magnitud, y se hicieron modificaciones sobre la marcha, lo que es reflejo de que los proyectos ejecutivos simplemente no estaban concluidos al 100 por ciento.
Los concursos de estas obras fueron publicados e inmediatamente comenzaron a realizarse, pero no se observaron trabajos de mecánica de suelos lo que es grave, consideró, porque si las obras necesitaban cimentación de mayor profundidad esta no se hizo porque hubiera implicado más tiempo del acordado, aseveró.
"Eso observamos en un recorrido que hicimos por el Viaducto Zaragoza, que está chueco. Pensamos que es falta de supervisión, pero también tiene que ver la capacidad profesional de la gente contratada", afirmó Vega Herrera.
Abundó que este tipo de obras tienen un costo multimillonario porque las empresas de gran tamaño, al ser foráneas, tienen mayores gastos indirectos que utilidades, ya que requieren pagar la renta de oficinas nuevas, hoteles y viáticos de sus propietarios, así como de sus plantillas de ingenieros y arquitectos, comunicaciones, renta de maquinaria, contratación de trabajadores, entre otros. "Eso no pasa con una empresa pequeña, que con un margen de utilidad menor puede subsistir y realizar mejores trabajos", indicó.
"Algunos constructores ponen de pretexto que la mano de obra es cara, que incluso por eso se elevan los precios, pero en Puebla no lo es tanto y es de buena calidad. Lo que pasa es que hay empresarios muy mañosos que no le quieren pagar a la gente, porque son malos administradores", destacó.
Criticó el papel que han jugado hasta ahora las cámaras de la construcción en la entidad, pues éstas prefieren buscar ser beneficiarias de un proyecto de obra que criticar lo que no se hace bien.
"Lo vimos en el sexenio pasado, las empresas de esas cámaras retrasaron la construcción de Arco Oriente del Periférico, que no sólo lo entregaron tiempo después sino que su calidad fue muy mala. No tenía ni un año de inaugurado cuando surgieron los defectos de obra. Esto tiene que cambiar, necesita haber mayor responsabilidad y compromiso social", finalizó.
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