Con tres cadáveres, entre ellos el de una mujer, grupos de la delincuencia organizada se declaran la guerra por José Azueta, un munciopio ubicado en los límites de Veracruz y Oaxaca que es estratégico para las rutas de migrantes, huachicol, robo de gasolina, mercancía en carreteras y ganado.
Los cadáveres aparecieron anoche cerca del hospital de José Azueta, en la calle Cuahutémoc, generando alarma entre la población.
Los dos hombres y la mujer permanecen en calidad de desconocido. Presentan golpes y disparos en la cabeza.
Los tres estaban maniatados y eran portadores de una cartulina en color azul en donde el grupo Zetas Vieja escuela se adjudicó su muerte.
Las víctimas fueron trasladadas al Semefo sin identificar.
En el mensaje el grupo Vieja escuela anuncia una guerra contra sus rivales y a quienes ubican como el grupo dominante en esa región, el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
El el texto se amenaza directamente a los hermanos Beto y Jacinto Rodríguez, "ya estamos aquí gracias al apoyo del nuevo gobierno que los ahullento (SIC)".
En diciembre de 2018, en diversas publicaciones en redes sociales, se denunció al par de hermanos citados arriba como los presuntos "dueños del pueblo", y se les señaló de haber privado de la libertad al comerciante David Villegas Castro, cuyo paradero de desconoce.
En febrero del 2018, la SSP y el CJNG sostuvieron un enfrentamiento con saldo de seis personas muertas. Mediante mantas, la organización criminal amenazó a las autoridades por ese operativo que costó la vida a sicarios de ese grupo y señalaron a la policía de proteger a ladrones de ganado que ellos supuestamente combaten.
En marzo del 2018 fue emboscado en José Azueta el sub delegado de la SSP Gregorio Agustín Cruz, el gobierno pasado atribuyó ese crimen al CJNG.
De diciembre a la fecha son más de 500 las víctimas por la violencia, varios de ellos saldo entre ajustes de la delincuencia. Apenas ayer ma fiscalía dió a conocer la detención de una célula del Cartel Nuevo Siglo, que operaban en Xalapa, a quienes de atribuyeron numerosas ejecuciones, aunque el gobernador Cuitlahuac García Jiménez rechazó la existencia de esa organización.
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