Alrededor de 75 mil jóvenes y adolescentes se encuentran trabajando dentro del crimen organizado y los cárteles del narcotráfico en el país, según estiman organizaciones de la sociedad civil, quienes advierten que en la situación actual, su futuro sólo tiene dos caminos: terminar tras las rejas o morir, en ocasiones, despedazados a causa de la rivalidad delincuencial.
Pero, a pesar de la magnitud del problema que reflejan las cifras, ninguno de los cuatro candidatos a la Presidencia de la República ha propuesto con seriedad la forma ni los mecanismos que se pueden utilizar para rescatar a ese grupo de jóvenes y adolescentes del crimen organizado y reincorporarlos a la sociedad.
Y éste es apenas uno de los muchos desafíos en materia de seguridad que los aspirantes a la silla presidencial no han querido abordar, quizás por temor a los propios grupos criminales o porque no tienen conciencia del serio problema que México enfrenta.
Representantes de organizaciones de la sociedad civil se pronunciaron sobre la necesidad de crear de manera urgente una ley de desmovilización anónima, que se maneje en completa secrecía respecto a las identificaciones de los jóvenes y adolescentes, a fin de reintegrarlos a la vida familiar, laboral y social.
Carlos Cruz Santiago, de la organización social Cauce Ciudadano A.C., comentó que los adolescentes y jóvenes son forzados a incorporarse al crimen organizado; incluso, el pago que reciben es apenas de entre tres mil y cuatro mil pesos mensuales, cuando anteriormente el gancho para llevarlos a la vida criminal era de hasta 30 mil pesos.
"Yo no veo en este instante que los candidatos quieran acordar otra acción justamente desde la petición de la sociedad; al no haber esa seriedad lo que veo son ciudades ahorcadas más complejas como Guadalajara y como la Ciudad de México, y veo a muchos adolescentes y jóvenes sin esperanza si no hay un pacto. Y, como se están dando las cosas, como vemos el nivel de pugna y discusión política, no vemos ese pacto", advierte.
María Elena Morera, de Causa en Común, ve justamente en la falta de oportunidades y la exclusión social, el fondo de la actual problemática que afecta a gran parte de los jóvenes mexicanos.
"Uno de cada tres chavos, si quisieran estudiar la preparatoria, no habría un plantel para que estudiaran, y a esa edad, con esa energía y con una desesperanza, pues entonces es muy fácil que estos chavos puedan ser reclutados por unos criminales y la problemática es de impunidad y corrupción y la tenemos que solucionar", expone.
Morera, sin embargo, no observa por parte de los aspirantes presidenciales contundencia para abordar el tema de la impunidad generalizada que permea en el país.
"Yo no sé, incluso, si los candidatos tienen miedo de hablar del tema, porque a mí me sorprende que o lo minimizan o lo ignoran o sienten que estas víctimas que han muerto y la violencia que vivimos es como que ellos no estuvieron aquí", opinó.
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