Roberts, de 41 años, se convirtió en el 12do reo en ser ejecutado este año en el estado más activo en materia de la pena capital en el país. Se le dio una inyección letal por el asesinato de Vicki Bowen en la casa de ésta en el este de Texas.
"Realmente lo lamento. Nunca quise ocasionarles a todos ustedes tanto dolor", dijo Roberts al padre de Bowen, quien estaba sentado cerca del cristal que rodea la cámara de la muerte.
"Espero que pueda continuar con su vida. Amé a su hija. Espero que Dios me permita verla en el cielo para que pueda pedirle perdón y verla y decírselo", agregó.
Roberts respiró profundamente varias veces mientras el fármaco letal comenzaba a hacerle efecto y comenzó a roncar brevemente. Se verificó su muerte 23 minutos después, a las 6:39 hora del centro de Estados Unidos.
Su ejecución ocurrió después de que la Corte Suprema de Estados Unidos rechazó revisar su caso a inicios de esta semana, y no se presentaron apelaciones adicionales para tratar de bloquear la ejecución.
Al momento de su arresto por el homicidio de Bowen, de 44 años, ocurrido en octubre de 2003, Roberts había violado su libertad condicional por una condena de robo en Luisiana huyendo a Texas después de abandonar un programa para tratamiento por adicción a las drogas.
Las autoridades dijeron que al parecer conoció en un bar a Bowen, una asistente dental, y se mudó a su casa en Lake Livingston, ubicada aproximadamente 120 kilómetros (75 millas) al noreste de Houston. Su relación se estropeó debido a que Roberts no estaba trabajando y estaba abusando del consumo de drogas y alcohol, dijeron investigadores. El hombre le disparó a Bowen porque ella se negó a darle dinero.
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