El 27 de noviembre del 2013, la policía descubrió en Trujillo, en un cargamento de carbón de piedra, 141 kilos de cocaína. Desde entonces, la Dirandro sometió a vigilancia a todas las exportaciones de dicho producto.
Es así que los agentes detectaron a las compañías "Carboníferas Alfa & Omega", constituida en Trujillo el 26 de marzo del 2011, y a "Betas Andinas del Perú", registrada el 26 de setiembre del 2012. El seguimiento permitió a los agentes antinarcóticos registrar un perfil de cada empresa.
Empezaron con pequeñas cantidades de carbón de piedra y luego aumentaron sistemáticamente el monto. De pronto, no coincidía que empresas formadas con pequeños capitales financiaran millonarias exportaciones a Europa.
Carboníferas Alfa & Omega fue inscrita por Nancy Altamirano Flores y Carlos Altamirano Flores con un capital de 10 mil soles, el 26 de marzo del 2011. Dieciocho meses después, aumentó su capital a 64 mil 500 soles.
Las fuentes de la policía antidrogas han establecido que la mafia mexicana usó otra empresa para dedicarse al mismo rubro de la exportación de carbón de piedra con el propósito de evitar una eventual intervención de Carboníferas Alfa & Omega.
Por eso, constituyeron la empresa Betas Andinas del Perú mediante los testaferros Luis Tinta Jara y Néstor Herrera Villanueva, con un capital de 53 mil 200 soles. Estas personas tampoco cuentan con ingresos para justificar dicho monto.
LA PISTA DEL CARBÓN
"Los montos de capital que se invirtieron para la constitución de las empresas son exiguos en comparación con las enormes cantidades de carbón piedra que exportaban", dijeron las fuentes: "Eso fue lo que nos llamó la atención.
No había coincidencia. Además los testaferros son personas sin mayores ingresos. No justificaban el capital que invirtieron".
La interceptación telefónica a los números de Nancy y Carlos Altamirano Flores, y de Luis Tinta Jara y Néstor Herrera Villanueva, permitió a la Divinesp identificar a sus cómplices y a los representant
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