La sospecha de que funcionarios de Estados Unidos dieron facilidades a miembros del Cártel de Sinaloa para obtener visas surgió el pasado febrero durante el juicio de Arturo Gallegos Castrellón.
Uno de los líderes del grupo Barrio Azteca, al servicio del Cártel de Juárez. Gallegos fue sentenciado en una Corte de Distrito en esta ciudad por tres homicidios: el de una empleada del consulado estadunidense en Ciudad Juárez, el del esposo de ésta y el de otra trabajadora de la misma institución.
Un testigo clave en este juicio fue Jesús Ernesto Chávez, El Camello, quien estaba a las órdenes de Gallegos. Chávez señaló el presunto motivo de los homicidios: La sospecha de que alguien en el consulado favorecía la entrada legal a Estados Unidos de miembros del Cártel de Sinaloa.
En abril David Farrington, agente de la estadunidense Oficina de Seguridad Diplomática comentó a Newsweek sus sospechas de que el jefe de seguridad del consulado en Ciudad Juárez, Gregory V. Houston, estaba implicado en el otorgamiento de visas a narcotraficantes.
Las declaraciones de Chávez y Farrington coinciden con las vertidas por Vicente Zambada Niebla, hijo de Ismael El Mayo Zambada, durante su juicio en Chicago.
En un documento presentado a la Corte, Zambada Niebla afirmó que el cártel encabezado por su padre tenía "carta blanca para pasar de contrabando toneladas de drogas ilícitas a Chicago y al resto de Estados Unidos, y que el gobierno de Estados Unidos también lo protegía de eventuales arrestos y procesos judiciales en su contra a cambio de recibir información sobre cárteles rivales".
Fragmento del reportaje que se publica en la edición 1971 de la revista Proceso, actualmente en circulación.
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