La autopista de la droga circula 10 grados al norte del ecuador terrestre, a lo largo del paralelo 10. Desde Sudamérica el punto cero en el viaje de la cocaína.
La ruta pasa por Costa Rica, Colombia y Venezuela, cruza África y el Sudeste asiático y llega a las remotas islas Marshall, en el Pacífico. En el medio hay tres océanos y diversos mares. "Mares de Cocaína".
Como se titula el nuevo libro (Editorial Grijalbo) de la periodista mexicana Ana Lilia Pérez, del que la revista Proceso anticipa algunos fragmentos. La investigación revela un aspecto poco conocido de las rutas del narcotráfico a través de los mares.
El primero que utilizó el transporte en buques de carga a fines de la década del ochenta- fue el cartel de Tijuana, pronto imitado por todos los demás. Pérez afirma que: "fueron ellos los que, con sus delegados, estrategas y colaboradores expertos, hicieron de esa franquicia un negocio multimillonario capaz de comprar los servicios y la protección de todo tipo de autoridades".
Al principio se limitaban a cruzar el Pacífico hasta los puertos de San Diego y Long Beach. Después, a través del Atlántico norte hasta Europa. Recién en 2004, cuando reforzaron la vigilancia en esas rutas-, comienza a utilizarse la autopista 10, que en poco tiempo se transforma en la preferida de los narcotraficantes "porque esa ruta ofrece un amplio abanico de posibilidades para viajar hacia cualquier lugar del mundo por aguas con escasa vigilancia y mínimas posibilidades de detención".
Los narcos, afirma Pérez, están "siempre un paso adelante que cualquier gobierno".
"Gracias a la nueva ruta, los narcotraficantes mexicanos con sus socios colombianos, gallegos e italianos- han conquistado regiones tan distantes como Australia y las lejanas islas Marshall, o se han entronizado en conexión con grupos delictivos de Mozambique, Nigeria y los llamados señores de la guerra-, cual neocolonizadores en países africanos que apenas hace una década no sabían lo que era la cocaína y hoy, con el poder inconmensurable que a las mafias les da el dinero y la capacidad de corromper, sobornar, comprar voluntades, gobiernos, empresas, sociedades, son narcoestados"
El Continente Negro parece ser la nueva frontera del narcotráfico, utilizado como escala para los vuelos que transportan droga desde América hacia Europa. "También la DEA (agencia antidroga ndr) estadounidense refiere los nexos de los narcotraficantes mexicanos con grupos criminales de Guinea, Mozambique, Congo, Ghana y Nigeria".
Porque Europa es fundamental para los negocios narco. Y no solo, como explica Pérez, "porque el consumo de drogas en el viejo continente va al alza, sino porque el valor de sus ganancias está relacionado directamente con el valor del euro, mucho más alto que el dólar estadounidense". Además, para los traficantes es fundamental tener acceso a las restantes regiones de la zona de Europa, África y Asia lo que se denomina continente Euroasiáticoafricano- donde vive el 85 por ciento de la población mundial, con millones de potenciales consumidores de estupefacientes.
Los datos de la ONU citados por la periodista dicen que solamente Europa central constituye una cuarta parte del consumo mundial de cocaína, mientras que otras regiones en ascenso son precisamente Asia y África.
Los tentáculos de la mafia no tienen límites ni fronteras. "Su poder se extiende hasta las aguas tumultuosas donde, en pleno siglo XXI, resurgió la piratería moderna, azote de los navíos en los mares de Magadiscio a Cabo Verde, tierra virgen para cooptar halcones".
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