domingo, 3 de noviembre de 2013

Dilma contra el crimen organizado - Sin Mordaza

Rousseff convocó hoy a una sorpresiva reunión de gabinete que concluyó con el anuncio de despliegue militar, en el fin de una semana en la que recrudecieron las protestas callejeras y los desórdenes, en muchas ocasiones -según el gobierno- originados en la acción de infiltrados del crimen organizado que reciben armas de bandas mafiosas cuyos líderes están presos.

Una vez conocida la decisión oficial, la Orden de Abogados de Brasil alertó sobre el riesgo de imponer restricciones "inconstitucionales" a los manifestantes.

"Considero que la seguridad pública es estratégica, nuestro gobierno da apoyo a los gobiernos estaduales y además nosotros cuidamos las fronteras, algo esencial porque desde la fronteras se alimenta de armas y drogas al crimen organizado", declaró Rousseff, citada por Ansa.

"Creamos el Plan Estratégico de Fronteras para ayudar a la seguridad pública, articulándonos con el Ministerio de Defensa, el Ejército, la Marina, la Fuerza Aérea, las policías federal y estaduales, porque nuestras fronteras son muy porosas", señaló.

"Nuestras fronteras son inmensas. Sería imposible colocar un hombre por kilómetro en una frontera de miles de kilómetros - observó Rousseff-, por eso hacemos operaciones de inteligencia para desbaratar las cadenas que transportan drogas y así lograr incautar cantidades significativas de cocaína, marihuana y crack".

El gobierno federal recibió informaciones de los servicios de inteligencia de las policías de San Pablo y Rio de Janeiro en los que se consigna que habría un vínculo entre las movilizaciones violentas de las últimas semanas y organizaciones delictivas.

Miembros del Primer Comando de la Capital, dedicado al narcotráfico y el control de los presidios, se habrían infiltrado el lunes en una manifestación contra la policía en un barrio pobre paulista donde un adolescente fue asesinado por las fuerzas de seguridad.

También habría, según los reportes de inteligencia, "soldados" del narcotráfico carioca en las marchas de repudio a la policía de Rio por la tortura y desaparición de un albañil en la favela Rocinha, hecho que fue denunciado por Amnistía Internacional.

Brasil registró 50.810 asesinatos en 2012, lo que representa un incremento del 7,6 % frente a 2011, de acuerdo con un informe elaborado por las secretarías de seguridad de los 27 estados de la Federación.

Según los números del Forum Brasileño de Seguridad Pública, el país tiene una tasa de 25,8 asesinatos cada 100 mil habitantes y el índice más alto corresponde al estado de Alagoas, en la región nordeste, con 61,8 casos cada 100 mil.

La semana pasada Rousseff convocó a una reunión a los secretarios de Seguridad de San Pablo y Rio de Janeiro, que están entre los que tienen mayores números de asesinatos en cifras absolutas, para tratar la creciente violencia que se observa en los últimos meses. "En Brasil la tasa de homicidios, como de otros delitos, es muy alta lo cual demuestra que no hemos logrado enfrentar el problema de la criminalidad urbana, muestra la necesidad de reformar las policías estaduales" dijo el sociólogo Sergio de Lima.

"Es un tema que necesita ser enfrentado con coraje porque de lo contrario Brasil no logrará revertir este cuadro", comentó el especialista del Forum Brasileño de Seguridad Pública a la Agencia Estado, que hoy publicó un avance del documento que será presentado por entero la semana próxima.

 

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