"Los dueños de muchas empresas de seguridad privada son militares o militares jubilados", dice Alfredo Gutiérrez. "Si no pagas por seguridad privada, siempre puedes ser víctima".
La organización es muy grande, indica el analista, y ha rebasado el poder de seguridad interna del Gobierno, la Policía, y la gente que es contratada ni siquiera está legalmente inscrita. "Se ha creado todo un sistema de economía que mueve millones alrededor del negocio de la seguridad privada", opina el experto. "Al mismo delincuente le estás pagando para que te cuide. Esto muchas veces está sucediendo. Las empresas de seguridad privada no solo pagan mal, no tienen personal entrenado adecuadamente, sino que a veces están infiltradas por el mismo crimen organizado".
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