El arresto de Ã"scar Parra, conocido como "El Chapo de la Vaquita", en septiembre habÃa sido descrito como un avance en las labores para salvar de la extinción a la vaquita marina, de la cual quedan menos de 30 ejemplares. En lugar de eso, ha resultado ser una vergüenza.
La policÃa en el estado de Baja California argumentó que Parra era un lugarteniente del cártel de Sinaloa y que también estaba a cargo de la pesca del totoaba, un pez que vive en el Golfo de California alrededor del puerto de San Felipe. El golfo, también conocido como el Mar de Cortez, es el único lugar en donde viven las vaquitas.
Las vaquitas han sido diezmadas por las redes con las que se pesca totoaba, cuya vejiga natatoria es considerada un manjar en China y alcanza precios estratosféricos. Las totoabas también son una especie protegida y su pesca está prohibida. Sin embargo, los criminales equipados con lanchas veloces, y aparentemente aliados con bandas de narcotraficantes los pescan y venden sus vejigas.
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El viernes, el Consejo de la Judicatura Federal dijo que un juez halló evidencia de que la policÃa no habÃa dicho la verdad sobre cómo arrestaron al hombre. Parece que la policÃa contó dos versiones diferentes de lo sucedido, ninguna de las cuales era cierta.
En un primer comunicado de prensa fechado el 13 de septiembre, la policÃa estatal dijo que detuvo al sospechoso y dos guardaespaldas en dos vehÃculos en una autopista tras “una ardua labor de inteligencia de varios mesesâ€�.
Sin embargo, según el CJF, la policÃa dijo en documentos oficiales que llevaban a cabo patrullajes rutinarios en la autopista cuando vieron que una de las camionetas estaba descompuesta a un lado del camino con el capó abierto. Se detuvieron, vieron armas de fuego y drogas en el vehÃculo, y arrestaron a los hombres.
Pero el juez federal dijo que los parientes presentaron evidencia de que la policÃa estatal habÃa sacado a Parra y a los otros dos a rastras de una casa tres horas antes, que lo golpearon y se lo llevaron a los vehÃculos.
“Se evidenció que las personas no fueron detenidas en los términos que relató la policÃa estatalâ€�, dijo el CJF en un comunicado.
Aunque la policÃa de México realizaba de forma rutinaria cateos y detenciones sin una orden judicial, bajo los nuevos códigos criminales del paÃs, si la policÃa no cuenta la verdad sobre cómo fue el arresto, éste es ilegal y los sospechosos pueden ser liberados.
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