Con los ojos vendados y rodeado de guardias armados, José Rubén Gil dijo que nunca supo a dónde iba, pero cuando el helicóptero aterrizó en un lugar no revelado en México, lo primero que vio fue una mansión en una colina.
Ese relato es de 2003, cuando Gil fue convocado por líderes del Cártel de Sinaloa, un encuentro donde estuvo Joaquiín "El Chapo" Guzmán Loera.
"Puede parecer algo como de Hollywood, pero no lo es", dijo la asistente de la abogada de Estados Unidos Meghan A. Tokash. "Es la vida real".
El relato de Gil es clave en el caso contra "El Chapo", ya que ayudará a los fiscales a demostrar que él e Ismael "El Mayo" Zambada García eran líderes de una de las cadenas de narcotraficantes más grandes que haya operado en el oeste de Nueva York.
Los fiscales afirman que la red de drogas de California a Buffalo fue dirigida por Gil y Herman Aguirre, con Troy Gillon como su contacto aquí, pero tuvo problemas cuando desaparecieron 10 kilogramos de heroína y que él intentó huir.
"Había tres pandilleros", dijo al jurado. "Me encontraron y trataron de secuestrarme".
Gil ayudó a proveer varias toneladas de drogas durante 15 años que colaboró con el equipo de "El Chapo", informó el Buffalo News.
Sobre su secuestro, el exnarcotraficante afirma que logró escapar, huyó a una estación de policía cercana, donde los tres hombres fueron arrestados, pero esa deuda con el cartel no terminaría ahí y fue uno de los motivos que lo llevaron a colaborar con autoridades para hundir a Guzmán Loera cuyo juicio apenas comenzó en Brooklyn.
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