martes, 15 de mayo de 2012

Ejecutan de 40 tiros a un policía en una emboscada en Yby Yaú - ABC Color

YBY YAÚ, Concepción (Aldo Rojas Cardozo, corresponsal). La víctima fue el suboficial segundo Pedro Acosta (28), quien prestaba servicios en el puesto policial de Aquidabán Cañada, en tanto que los autores del crimen fueron sicarios que se movilizaron a bordo de una camioneta Toyota Hilux negra, aparentemente sin matrícula.

Sergún los informes, alrededor de las 07:30, cuando el policía se dirigía a su lugar de trabajo a bordo de su automóvil Toyota Corsa blanco, sin chapa, fue interceptado en el kilómetro 140 por la camioneta.

Cuando el suboficial Acosta paró la marcha, descendieron del vehículo todoterreno los tres pistoleros y comenzaron a acribillar al policía, quien se quedó en su asiento sin poder reaccionar. Vecinos de la zona relataron que escucharon el tiroteo que duró algunos minutos, pero nadie se animó a acercarse al sitio por miedo.

Luego cesaron los disparos y uno de los sicarios, supuestamente vestido con uniforme camuflado, se acercó al auto para confirmar la muerte del agente. Luego los tres matones abordaron la camioneta negra y se alejaron del sitio hacia el departamento del Amambay, señalaron las fuentes.

En total, el suboficial Acosta acusó 40 disparos, que su mayoría fueron dirigidos a la cabeza y el tórax, los que le causaron la muerte en cuestión de segundos.

Tras la denuncia del hechos, efectivos policiales de todas las comisarías aledañas llegaron al sitio.

El cuerpo del suboficial Acosta quedó en el interior del automóvil, totalmente deformado por los balazos que recibió, señalaron las fuentes.

Efectivos de Criminalística de la Jefatura de Policía levantaron del lugar 60 vainillas servidas de pistolas calibre 9 mm, además de fusiles AR-15 y M-16. Por disposición del Ministerio Público, el cuerpo fue derivado al hospital distrital de Yby Yaú y luego entregado a los familiares.

En la "zona de avionetas"

María de Acosta, madre del policía, indicó que en los últimos días su hijo recibió constantes amenazas, aunque no pudo precisar de dónde provenían las llamadas anónimas.
Las primeras pesquisas efectuadas sobre el caso confirmarían que el crimen fue ordenado por miembros de una red de narcos que operan en la zona.
Los investigadores confirmaron que la zona donde el policía prestaba servicios era utilizada por los narcos para mover grandes cargamentos de cocaína hacia la zona del Amambay, frontera con el Brasil, en avionetas.
Sospechan que el agente delató estos movimientos a sus superiores, por lo que se "ordenó" su muerte de una forma "ejemplificadora".

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