El lugar se ubica sobre la avenida Camino Vecinal, del fraccionamiento Jardines de Xochimilco en Guadalupe y fue una llamada anónima la que alertó del hallazgo de los cadáveres.
Los jóvenes asesinados, de entre 20 y 25 años, tenían evidentes huellas de tortura, la cabeza completamente cubierta con cinta canela y estaban maniatados, además, uno de ellos tenía un mensaje escrito en su espalda.
Varios casquillos percutidos quedaron en el lugar, zona que de inmediato, fue acordonada.
Policías de Guadalupe fueron los primeros en llegar a la escena, y posteriormente, elementos de la Agencia Estatal de Investigaciones se hicieron presentes para continuar con las indagatorias.
Aunque elementos policiacos tocaron a las puertas del convento, varias voces femeninas contestaron que no habían visto nada y no tenían permiso para abrir.
La identidad de los jóvenes no fue revelada.
Elementos del Servicio Médico Forense trasladaron los cuerpos al Anfiteatro del Hospital Universitario para practicarles la necropsia de ley.
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