domingo, 23 de septiembre de 2012

Crimen organizado en Guatemala tiene rostro infantil - Periódico y Agencia de Noticias Imagen del Golfo

GUATEMALA. Osados e implacables, atacan con rapidez, ejecutan el trabajo "sucio" y progresan, a sangre y fuego, como pistoleros en las estructuras del crimen organizado para convertirse en un nuevo rostro de la violencia en Guatemala: son el sicariato infantil y adolescente.

Nios de 10, 11 o 12 aos apenas cumplidos aceptan desplegar misiones de alto riesgo al servicio de las mafias, a sabiendas de que, por ley, son inimputables. Adolescentes de 13 a menos de 18 aos tambin realizan tareas para la delincuencia organizada y aunque deben enfrentar seis aos de crcel como sancin penal mxima por sus actos, las redes mafiosas les prometen que asumirn la manutencin de sus familias mientras estn en prisin.

"Lo que es definitivo es que cada vez hay ms menores de edad involucrados en homicidios y feminicidios y eso nos preocupa", revel el guatemalteco Carlos Prez, juez de Ejecucin de Medidas de Jvenes en Conflicto con la Ley en Guatemala, en entrevista con EL UNIVERSAL.

"Si un menor de 13 aos mata a alguien, slo hay responsabilidad civil de los padres. Pero el hecho queda totalmente impune, porque la responsabilidad penal empieza a los 13", explic, al sealar que el escenario vara con los adolescentes, en un pas en el que la mayora de edad se obtiene a los 18 aos.

"Muchas veces, la organizacin criminal decide que algunos de los delitos ms graves los cometern adolescentes, porque su sancin es menor que la de un adulto. Se ha dado el fenmeno de que la organizacin criminal ayuda a la familia de quien va privado de libertad y evidentemente va ser mejor ayudar durante seis aos como mximo a la familia de un adolescente, que por 12, 15, 18 o 20 aos a la de un adulto", relat.

Prez y un grupo de especialistas guatemaltecos consultados por este diario coincidieron en que, por lo general, nios y adolescentes slo se involucraban antes en delitos de bajo impacto, como pequeos robos callejeros -les apetecan los lentes de marcas famosas- o romper los vidrios de automviles para robar radios, entre algunos hechos ilegales.

"Pero poco a poco, las acusaciones a menores por homicidios, feminicidios, asociaciones ilcitas, secuestros, plagios, extorsin y otros delitos graves han ido incrementndose", relat el juez, al ratificar que lo que est sucediendo en Guatemala "es que hacen el trabajo ms sucio".

"El fenmeno se da por la instrumentalizacin de la niez y de la adolescencia por parte del crimen organizado, en narcotrfico y otros hechos delictivos. Es un efecto de la falta de polticas pblicas que garanticen a la poblacin que vive en condiciones de vulnerabilidad, bajo desventajas socioeconmicas, construir proyectos de vida adecuados y dignos", aleg el guatemalteco Zoel Franco, director de Niez y Adolescencia del (no estatal) Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala.

En entrevista con EL UNIVERSAL, denunci que "el crimen organizado encuentra en la poblacin de estos sectores bastante semilla de cultivo para utilizar a niez y adolescencia en sus delitos".

Exclusin social

Un informe de la Secretara de Bienestar Social del gobierno de Guatemala que fue entregado a este peridico mostr que, al 19 de septiembre anterior, la poblacin de los centros guatemaltecos de privacin de libertad para menores de 18 aos era de 655 hombres y 55 mujeres, para un
total de 712 personas, de las que 340 ya estn sancionadas.

Franco adujo que aunque la cifra es relativamente reducida, "la preocupacin es otra: Por donde est pasando la poltica criminal del Estado?".

La Secretara no respondi a preguntas de este rotativo acerca de que el gobierno guatemalteco carece de planes de prevencin de delincuencia en menores y desatiende reas urbano-marginales de donde surgen nios y adolescentes atrapados por la criminalidad.

"En cada nio involucrado en estas actividades vamos a encontrar historias de pobreza, pobreza extrema, pocos servicios para satisfacer necesidades bsicas, hogares desintegrados y monoparentales, mucha migracin que tambin genera desintegracin familiar, maltrato por accin o por omisin, no asistir a la escuela o tener que dejarla", afirm el guatemalteco Marvin Rabanales, asesor jurdico del Instituto de Proteccin Social de Guatemala (no estatal).

"En cada historia de estos nios encontraremos una isla rodeada de omisiones que son el caldo de cultivo ideal para el crimen organizado", alert Rabanales, en entrevista con este diario.

Con ms de la mitad de sus 13.5 millones de habitantes golpeados por miseria general y extrema, Guatemala sufre un deterioro social y "los valores han quedado debajo del colchn", dijo.

"Es una sociedad muy consumista que idealiza el tener'. En esos espacios, nios y adolescentes son fcilmente atrados por la delincuencia, que les ofrece ingresos que no pueden obtener de otra manera que no sea con la delincuencia. Al no tener acceso a la educacin, a actividades pblicas, pues evidentemente procuran esos bienes, esos satisfactores', por el lado fcil, que es dedicarse a la delincuencia", puntualiz.

Al insistir en que "cada vez ms nios se involucran en el crimen organizado", describi que son muchos los menores de 13 aos que realizan actividades mafiosas "especficas", como vigilancias, cobro de extorsiones y, "en algunos casos, se ha documentado sicariato, por su inimputabilidad absoluta".

Subir las penas?

La guatemalteca Nidia Aguilar del Cid, quien durante 10 aos, y hasta agosto pasado, fue Defensora de la Niez en la Procuradura de Derechos Humanos de Guatemala, inform a EL UNIVERSAL que "en los ltimos tres aos, tal vez de forma ms repetida, hemos visto que muchos nios de 11 y 12 aos atacaron a personas por venganza, por pleitos de maras' (pandillas) o de drogas". Muchas veces, advierte, "las autoridades lo primero que piensan es que hay que bajar la edad (de 13 aos) de los que pueden ser acusados penalmente. Pero hay que ver la contraparte. Son nios orillados, obligados", asegur.

Las mafias les amenazan con que si se niegan a hacer las tareas criminales, "algo le pasar a sus familias, porque los tienen ubicados y los presionan", asever.

Con la reduccin de la edad lmite y someterles a sancin penal, "afectaramos a adolescentes que no estn haciendo nada por unos pocos especiales que hay. La visin debe ser la de proteger a la mayora de la poblacin", agreg.

Por todo esto, ms que bajar el rango de edad para poder acusar penalmente a nios, Aguilar plante que lo que se necesita es "perseguir a los adultos que estn en el crimen organizado y que son los que les procuran las armas a los menores de edad y los que los obligan, a veces, a matar a alguien".
Y en eso, son rpidos y osados.

El suplicio de las uas

Las estructuras policiales que existieron en Guatemala hasta 1996, cuando se firm la paz para acabar con 36 aos de un conflicto armado que estall en 1960, ganaron fama por una despiadada tctica de acoso tanto a nios como a adolescentes de las zonas marginales, en especial de la capital guatemalteca.

En una costumbre que prolifer en la dcada de 1980, policas corruptos advertan a nios y adolescentes que si se negaban a pagarles sobornos o a estar a su servicio para cumplir tareas delincuenciales, les aplicaran el "suplicio de las uas": arrancarles las uas de sus dedos con una tenaza o un alicate, herramientas de uso cotidiano en sus labores de trnsito.

"El mecanismo represalia-miedo se mantiene en Guatemala", dijo el guatemalteco Zoel Franco, director de Niez y Adolescencia del (no estatal) Instituto de Estudios Comparados en Ciencias Penales de Guatemala.

Las prcticas policiales de agresin a nios y adolescentes se han reducido, aunque tampoco han sido erradicadas por completo, aclar.

"El miedo es una forma de control social efectivo, permite mantener un status quo' de determinado grupo de inters y nios y adolescentes no escapan, pero es preocupante cmo estn siendo violentadas, con muertes violentas de nios y adolescentes", relat el funcionario.

Viejos hbitos policiales, como "el asesinato de nios", propiciaron que Guatemala reformara, hace varios aos, la legislacin sobre niez y adolescencia, record.

Sin embargo, los abusos policiales a menores de edad han proseguido, si bien en algunos casos se ha hecho justicia, como cuando policas fueron encarcelados por asesinar, dentro de una patrulla, a varios jvenes que detuvieron en la capital.

"Es una cuestin recurrente que se da, pero muchos tienen miedo a denunciar. La polica tiene una estructura de control y de ubicacin que en un momento dado, cuando hay agentes involucrados, puede ser utilizada fcilmente para eliminar a quien los denuncie", lament.

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