A las 8:25 de la mañana se informó de una camioneta Chevrolet Cheyenne con caja ranchera con dos tripulantes a bordo, que ingresaron al motel mencionado donde los empleados vieron las armas. De inmediato llamaron al teléfono de emergencias avisando lo ocurrido.
Pero atrás de la camioneta entró un automóvil Dodge Stratus color guinda con una pareja, la cual presuntamente también tenía armas de fuego. Una vez que se activó el código las corporaciones acudieron al sitio, pero al entrar a buscar a la personas armadas no localizaron a nadie, sólo se tomó conocimiento de los hechos ocurridos.
Cabe recordar que el motel fue asaltado en mayo pasado, cuando hombres armados y enmascarados se llevaron 160 mil pesos.
El propietario Carlos Mirelles Zabada compareció para ratificar su respectiva denuncia por el delito de robo con violencia, y como prueba dejó a cargo de la Policía Investigadora los videos que lograron captar a los delincuentes.
En esa ocasión los ladrones, (uno con una máscara de calavera y otro con un pañuelo en el rostro) ingresaron alrededor de las 2:30 de la madrugada y se trasladaron a la planta alta del motel, que se encuentra habilitado como domicilio del propietario, donde presuntamente realizaba cuentas para efectuar el pago de nómina.
Y levantan a 3 menores
Tres menores de edad fueron privados de su libertad por unos minutos en la calles de la colonia Buitres, y posteriormente fueron ubicados al parecer sin lesiones durante la tarde del jueves.
Uno de los menores fue liberado en el cañón de San Lorenzo, otro en la colonia 26 de Marzo y uno más escapó de los captores en esa misma colonia.
A las 2:40 de la tarde del 2 de julio se activó la alerta preventiva indicando la privación de la libertad de tres menores en la colonia 26 de Marzo; los oficiales se dirigieron a la calle de Colombia, donde una de las víctimas había escapado.
Fue una joven de 16 años quien mencionó a los oficiales que minutos antes en la colonia Buitres tres personas de complexión robusta a bordo de una camioneta RAM color verde se acercaron a ella y otros dos jóvenes, un hombre y una mujer de quien dijo desconocer sus generales, y tomaron con dirección al suroriente.
Llegando al Cañón de San Lorenzo dejaron abandonada a una de las menores y continuaron el camino hacia la colonia 26 de Marzo, donde bajaron al otro joven, y Rosaura escapó de sus captores y para no ser detenida saltó la barda de un domicilio.
Fue entonces que les contó lo ocurrido a los propietarios del domicilio en la esquina de Uruguay y Colombia, donde llamaron por teléfono al número de emergencias iniciando la búsqueda de los responsables, los cuales no fueron ubicados.
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